16th Sunday in Ordinary Time / XVI Domingo de Tiempo Ordinario

A Place to Rest a While

                who is a good shepherd? Is a good shepherd one who encourages people to “fight like hell” when asserting their own baseless allegations? Is a good shepherd one who sells arms to nations engaged in wars and violence that cause the most vulnerable to suffer the worst? Kwame Ture, formerly Stokely Carmichael, said “religious organizations must always be in the forefront fighting against injustices”. Today’s readings reassure us of that truth and that “the Lord our justice”, our shepherd, whom we inevitably come to know as good, refreshes our soul by taking care of all we could want through the goodness of liberation. As we traverse the dark valley, shepherd and sheep, united in love, are moved with compassion, identifying with the most vulnerable, tending to their needs, especially given that, according to our own social teaching, the vulnerable are the venerable.  As Christian community we don’t shy away from what is difficult. The more it hurts to stomach, the more responsibility is upon us to accompany the remnant as we journey to our resting place. As we make our way, may we realize that our destination is our journey, and may God transform the valley into a deserted place where we may rest a while. www.uscatholic.org

Un Lugar para Descansar un Rato

¿Quién es un buen pastor? ¿Es un buen pastor aquel que anima a la gente a “luchar como el infierno” cuando afirman sus propias acusaciones infundadas? ¿Es un buen pastor aquel que vende armas a naciones involucradas en guerras y violencia que hacen que los más vulnerables sufran lo peor? Kwame Ture, dijo que “las organizaciones religiosas deben estar siempre en primera línea en la lucha contra las injusticias”. Las lecturas de hoy nos reafirman esa verdad y que “el Señor nuestra justicia”, nuestro pastor, a quien inevitablemente llegamos a conocer como bueno, refresca nuestra alma al ocuparse de todo lo que podríamos desear a través de la bondad de la liberación. Mientras atravesamos el valle oscuro, el pastor y las ovejas, unidos en el amor, se conmueven con compasión, identificándose con los más vulnerables, atendiendo sus necesidades, especialmente dado que, según nuestra propia enseñanza social, los vulnerables son los venerables. Como comunidad cristiana no rehuimos lo que es difícil. Cuanto más nos duela el estómago, más responsabilidad tenemos de acompañar al remanente en nuestro viaje hacia nuestro lugar de descanso. Mientras avanzamos, que nos demos cuenta de que nuestro destino es nuestro viaje, y que Dios transforme el valle en un lugar desierto donde podamos descansar un rato.  www.uscatholic.org