As we begin another liturgical year, our world cries out, begging for peace. On this first Sunday of Advent, God hears the sorrowful laments of many throughout the world, from Ukraine to Sudan to the Middle East. So many of us, myself included, want peace. During these terrible times, I am reminded of Pope Paul VI, who said: “If you want peace, work for justice.” How fitting, then, that our readings today speak of justice, and show us how to embody it. Today’s gospel reading reminds us that this road to justice is not without its trials . As these times wear on us, it is tempting—and often easier—to turn inwards and to ignore the cries of the needy for our own comfort. God calls us to tend to the wounds of the world. Luke’s message is clear: We must stay the path that Christ has laid before us. In trials and tribulations, we must remain steadfast and sober to realize our redemption in serving God and our neighbors. We must turn towards humanity’s pain and remember those who others have forgotten, like Christ, who has never forgotten us. So, as we await the arrival of Christ this Advent season, we should explore ways to embody God’s justice in the world, following the loving example of our Lord. www.uscatholic.com
Al iniciar otro año litúrgico, nuestro mundo clama, implorando por la paz. En este primer domingo de Adviento, Dios escucha los dolorosos lamentos de muchos en todo el mundo, desde Ucrania hasta Sudán y Oriente Medio. Muchos de nosotros, incluido yo, queremos la paz. Durante estos tiempos terribles, recuerdo al Papa Pablo VI, que dijo: “Si quieres la paz, trabaja por la justicia”. Qué apropiado, entonces, que nuestras lecturas de hoy hablen de la justicia y nos muestren cómo encarnarla. La lectura del Evangelio de hoy nos recuerda que este camino hacia la justicia no está exento de pruebas. A medida que estos tiempos nos desgastan, es tentador -y a menudo más fácil- volcarnos hacia adentro e ignorar los gritos de los necesitados para nuestro propio consuelo. El mensaje de Lucas es claro: debemos permanecer en el camino que Cristo ha trazado ante nosotros. En medio de las pruebas y las tribulaciones, debemos permanecer firmes y sobrios para darnos cuenta de nuestra redención al servir a Dios y a nuestro prójimo. Debemos volvernos hacia el dolor de la humanidad y recordar a quienes otros han olvidado. Así, mientras esperamos la llegada de Cristo en esta temporada de Adviento, debemos explorar maneras de encarnar la justicia de Dios en el mundo, siguiendo el ejemplo amoroso de nuestro Señor.