Bring Glad Tidings to the Poor

                  In today’s Gospel Jesus, filled with the power of the Spirit, returns to Galilee and reads from the scroll of Isaiah in the synagogue of Nazareth. His proclamation that the spirit of the Lord is upon him, anointing him to bring glad tidings to the poor, to proclaim liberty to captives, and recovery of sight to the blind, is a powerful declaration of his mission. When he declares, “Today this Scripture passage is fulfilled in your hearing,” Jesus emphasizes that the time for action is now. His mission is not just for his time but for all generations. In practical terms, spreading the good news to the poor means acknowledging their presence, hearing their stories, and working toward systemic changes that uplift and empower them. It is a call to ensure that the dignity of every person, especially the most vulnerable, is upheld and respected. Let us, like Jesus, let the spirit of the Lord be upon us, guiding us to be bearers of good news in a world that desperately needs it. Rejoicing in the Lord, let us find our strength and share it with those who are weary, ensuring that the marginalized are marginalized no more. www.uscatholic.org

Llevar la Buena Noticia a los Pobres

                  En el Evangelio de hoy Jesús, lleno del poder del Espíritu, regresa a Galilea y lee el rollo de Isaías en la sinagoga de Nazaret. Su proclamación de que el Espíritu del Señor está sobre él, ungiéndolo para llevar la buena noticia a los pobres, proclamar la libertad a los cautivos y la recuperación de la vista a los ciegos, es una declaración poderosa de su misión. Cuando declara: “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acabán de oír”, Jesús enfatiza que el momento de actuar es ahora. Su misión no es solo para su tiempo, sino para todas las generaciones. En términos prácticos, difundir la buena noticia a los pobres significa reconocer su presencia, escuchar sus historias y trabajar por cambios sistémicos que los eleven y los empoderen. Es un llamado a garantizar que se defienda y respete la dignidad de cada persona, especialmente de las más vulnerables. Dejemos, como Jesús, que el Espíritu del Señor esté sobre nosotros, guiándonos para ser portadores de la buena noticia en un mundo que la necesita desesperadamente. Alegrándonos en el Señor, encontremos nuestra fuerza y ​​compartámosla con aquellos que están cansados, asegurándonos de que los marginados ya no sean marginados. www.uscatholic.org