The New Covenant Jesus Has Made With Us.
In today’s Gospel, Jesus announces that the “hour” has come. When he is lifted up from the earth, he will draw all to himself. Jesus has chosen to strip himself of his divinity and become human like us so that we would know the great love God has for us. Now he is preparing himself to be the grain of wheat that will fall to the ground and die in order to produce much fruit. This will be the hour of our salvation. Because Jesus is obedient to his Father whom he loves dearly, he will suffer and die for the sins of the whole world. He will reconcile the whole human race with God. With his death and rising, Jesus will complete God’s new covenant. Through the grace of baptism, God’s law is now written on our hearts. We become God’s children once again, able to call God “Father.” When we go within our hearts to listen to God’s word, we must not be surprised that we encounter a challenge. Like Jesus, we may feel troubled at times with what we have to face each day. Like Jesus, we will come to understand that our Father is with us in everything we do. We have nothing to fear. We heard Jesus tell us: “My Father will honor whoever serves me.” That is Jesus’ promise to us. www.oblates.org
El Nuevo Pacto que Jesús ha Hecho con Nosotros
En el Evangelio de hoy, Jesús anuncia que ha llegado la “hora”. Cuando sea levantado de la tierra, atraerá a todos hacia sí. Jesús ha elegido despojarse de su divinidad y hacerse humano como nosotros para que sepamos el gran amor que Dios tiene por nosotros. Ahora se está preparando para ser el grano de trigo que caerá al suelo y morirá para dar mucho fruto. Esta será la hora de nuestra salvación. Debido a que Jesús es obediente a su Padre a quien ama entrañablemente, sufrirá y morirá por los pecados del mundo entero. Él reconciliará a todo el género humano con Dios. Con su muerte y resurrección, Jesús completará el nuevo pacto de Dios. Mediante la gracia del bautismo, la ley de Dios ahora está escrita en nuestros corazones. Volvemos a ser hijos de Dios, capaces de llamar a Dios “Padre”. Cuando vamos al interior de nuestro corazón para escuchar la palabra de Dios, no debemos sorprendernos de encontrarnos con un desafío. Al igual que Jesús, es posible que a veces nos sintamos preocupados por lo que tenemos que afrontar cada día. Como Jesús, llegaremos a comprender que nuestro Padre está con nosotros en todo lo que hacemos. No tenemos nada que temer. Escuchamos a Jesús decirnos: “Mi Padre honrará al que me sirve”. Ésa es la promesa de Jesús para nosotros. www.oblates.org