Chosen by God
In this weekend’s gospel, Jesus says “It was not you who chose me, but I who chose you and appointed you to go and bear fruit that will remain” (John 15:16). Jesus chose this unqualified group of people to lead his church. He knew their shortcomings and sins yet chose them. He knew what they could accomplish, and so sent them the Holy Spirit at Pentecost to inspire their ministry. And did they deliver! They baptized, preached, taught, and healed, showing God’s love. Many of them met a martyr’s death for doing so. You have a vocation, a calling to love in your particular life, to bear fruit among the people God has placed in your life. God has called you in spite of your imperfections. All of us are chosen and appointed. That’s how much God loves us! Let’s go forth and bring God’s love, care, and compassion to all whom we meet. Fortified and strengthened by the Eucharist, Christ’s body and blood, God sends us to show people through our actions that God loves them. How blessed we are that God would send us on this incredible journey of bearing fruit in God’s name. www.uscatholic.org
Elegidos por Dios
En el evangelio de este fin de semana, Jesús dice: “No fueron ustedes los que me eligieron, sino yo quien los elegí y los puse para que vayan y den fruto que permanecerá” (Juan 15:16). Jesús eligió a este grupo de personas no calificadas para liderar su iglesia. Él conocía sus defectos y pecados, pero los eligió. Él sabía lo que podían lograr y por eso les envió el Espíritu Santo en Pentecostés para inspirar su ministerio. ¡Y cumplieron! Bautizaron, predicaron, enseñaron y sanaron, mostrando el amor de Dios. Muchos de ellos sufrieron la muerte como mártires por hacerlo. Tienes una vocación, un llamado a amar en tu vida particular, a dar frutos entre las personas que Dios ha puesto en tu vida. Dios nos ha llamado a pesar de nuestras imperfecciones. Todos nosotros somos elegidos y designados. ¡Cuánto nos ama Dios! Avancemos y llevemos el amor, el cuidado y la compasión de Dios a todos los que encontremos. Fortificados y fortalecidos por la Eucaristía, el cuerpo y la sangre de Cristo, Dios nos envía a mostrar a las personas a través de nuestras acciones que Dios las ama. Qué bendecidos somos de que Dios nos haya enviado a este increíble viaje de dar frutos en el nombre de Dios.