December 31, 2023
Finding God with the Holy Family
Devotion to the Holy Family began the very same night Jesus was born. And what a strange occurrence: that the very first people to adore God made human were shepherds. It was not kings, it was not priests, it was not the rich and mighty. The witnesses to God’s greatest miracle, found in the comforting warmth of the Holy Family, were simple shepherds. Shepherding was not an honored profession, at that time. Quite the contrary, shepherds were poor and positioned low in the social hierarchy. The Holy Family is about finding holiness where you think there is nothing holy. In the places where they’ll warn you sin is rampant, and the people are unworthy. There, you’ll find God. Today, we can find the Holy Family in an immigration detention center. The Holy Family is in Gaza. It is in Sudan, and in Congo. They are in your own community: the immigrant, the hungry, the poor. “Christ has no body on Earth but yours,” as St. Teresa of Ávila so beautifully puts it. Yours should be the hands that extend God’s Mercy and Love to your fellow human beings. Not in charity, but in solidarity. www.uscatholic.org
Encontrar a Dios en la Sagrada Familia
La devoción a la Sagrada Familia comenzó la misma noche en que nació Jesús. Y qué suceso más extraño: que los primeros pueblos que adoraron a Dios hecho hombre fueron pastores. No fueron reyes, no fueron sacerdotes, no fueron los ricos y poderosos. Los testigos del mayor milagro de Dios, encontrado en el reconfortante calor de la Sagrada Familia, fueron simples pastores. En aquella época el pastoreo no era una profesión honorable. Por el contrario, los pastores eran pobres y se encontraban en una posición baja en la jerarquía social. La Sagrada Familia trata de encontrar la santidad donde crees que no hay nada santo. En los lugares donde te advertirán, el pecado campa a sus anchas y la gente es
indigna. Allí encontrarás a Dios. Hoy podemos encontrar a la Sagrada Familia en un centro de detención de inmigrantes. La Sagrada Familia está en Gaza. Está en Sudán y en el Congo. Están en tu propia comunidad: los inmigrantes, los hambrientos, los pobres. “Cristo no tiene más cuerpo en la Tierra que el tuyo”, como lo expresa tan bellamente Santa Teresa de Ávila. Tuyas deben ser las manos que extiendan la Misericordia y el Amor de Dios a nuestros semejantes. No en caridad, sino en solidaridad. www.uscatholic.org