The Baptism Of the Lord 2020

Sundays Readings
Lecturas del Dia

THE WATERS OF BAPTISM

When new sod is put in, it needs constant saturation with water. Landscapers say that this “knits” the sod to the soil. The same when a branch is grafted onto a tree: the poultice that joins them at the splice must be kept wet at all times. Water is the stuff that binds the very cells of our bodies together. No wonder religions throughout all times and cultures have used it so prominently. When Jesus stepped into the Jordan for baptism, he “knit” himself to what had come before him. By going to the Jordan, he made himself one with the people of Israel who had crossed it into their Promised Land. With John the Baptist, Christ wove
himself into the prophetic tradition that heralded the coming reign of God. He had become fully human in the waters of Mary’s womb, and by partaking in the rite of the baptism of repentance, Jesus identified himself with our sinful, frail humanity. It is through the waters of baptism that Christ continues to graft new members onto his Body, the Church; through these waters we are cleansed from sin and filled with the promise of grace, given our destiny for eternal life. For us, as for Jesus, it is also the waters of baptism that inaugurate our mission to proclaim the Good News. 

Copyright © J. S. Paluch Co.

LAS AGUAS BAUTISMALES

Cuando se planta un césped nuevo, debe regarse con- stantemente. Los jardineros dicen que esto “teje” el césped al suelo. Lo mismo sucede cuando se injerta una rama a un árbol: el cataplasma que los une debe estar húmedo en todo momento. El agua es lo que mantiene unidas a las células de nuestro cuerpo. Con razón las religiones de todas las épocas y culturas han usado tanto este símbolo. Cuando Jesús se sumerge en el Jordán para ser bautizado, se “teje” a todo aquello que lo precedía. Al sumergirse en el Jordán, se hizo uno con el pueblo de Israel que había cruzado el río para llegar a su Tierra Prometida. Junto a Juan Bautista, Cristo se tejió a la tradición profética que presagiaba la venida del Reino de Dios. Jesús se había convertido plenamente en humano en las aguas del vientre de María y al participar del rito del Bautismo del arrepentimiento, se sintió identificado con nuestra frágil y pecaminosa humanidad. Por las aguas del Bautismo Cristo continúa injertando nuevos miembros a su Cuerpo, la Iglesia; gracias a nuestro destino de vida eterna, por estas aguas somos limpiados del pecado y recibimos la promesa de la gracia. Para nosotros, como para Jesús, las aguas bautismales también inauguran nuestra misión de proclamar la Buena Nueva.


Copyright © J. S. Paluch Co.