In the gospels there are plenty of times when Jesus is with people eating and drinking and today’s gospel is no exception. As always, Jesus is concerned with people and their real needs. They are hungry, so he feeds them. He is gracious in his abundant giving. But he feeds them not only with food; he also feeds them at a much deeper level. He teaches them, he welcomes them, and he heals them. He treats us the same way; when we gather to celebrate the Eucharist, Jesus welcomes us, he speaks to us and through his Body and Blood, we are nourished, and we are healed. The Eucharist is God’s greatest gifts to us. But it is not our right and we cannot demand it. Pope Francis reminds us of this when he says, ‘the Eucharist is not a prize for the perfect, but a powerful medicine and nourishment for the weak.’ That’s all of us and each of us! As St. Paul reminds us, ‘Now Christ’s body is yourselves, and each of you with a part to play in the whole.’ (1 Cor. 12.27). If we share in the gift of Jesus’ Body and Blood, then we are also asked to share this with others when leave church. Today on this wonderful feast, may each of us be fed, nourished and healed through the Body and Blood of Christ. www.oblates.ie
En los evangelios hay muchas ocasiones en las que Jesús está con la gente comiendo y bebiendo y el evangelio de hoy no es una excepción. Como siempre, Jesús se preocupa por las personas y sus necesidades reales. Tienen hambre y por eso les da de comer. Él es misericordioso en sus abundantes donaciones. Pero no sólo los alimenta con comida; también los alimenta a un nivel mucho más profundo. Les enseña, les acoge y les cura. Él nos trata de la misma manera; cuando nos reunimos para celebrar la Eucaristía, Jesús nos acoge, nos habla y a través de su Cuerpo y Sangre, somos nutridos y sanados. La Eucaristía es el mayor regalo de Dios para nosotros. Pero no es nuestro derecho y no podemos exigirlo. El Papa Francisco nos recuerda esto cuando dice: ‘la Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino una poderosa medicina y alimento para los débiles’. ¡Eso somos todos nosotros y cada uno de nosotros! Si compartimos el don del Cuerpo y la Sangre de Jesús, también se nos pide que lo compartamos con los demás cuando salgamos de la iglesia. Hoy, en esta maravillosa fiesta, que cada uno de nosotros seamos alimentados, nutridos y sanados a través del Cuerpo y la Sangre de Cristo. www.oblates.ie