XXII Sunday in Ordinary Time — XXII Domingo de Tiempo Ordinario 2023

Humbly
Like in the first reading, the focus in today’s gospel is on humility. To be humble, according to Jesus, is to
not exalt oneself, thinking of oneself more highly than one ought. Rather, the humble person chooses the lowest place at the table. That person chooses not to pursue status but to let other people be considered greater than they are. This does not mean our motivation for being humble should be the reward that we will receive. That is false humility. True humility, as Jesus teaches, does not seek repayment. We are to serve others, not expecting to be served in return. We should love others, whether or not they love us back. It takes true humility to associate oneself with the downtrodden and outcasts of society, just as Jesus himself did. And to care for the needy is not just about writing a check to a charity. Jesus’ parable indicates that we need to encounter the poor. By inviting them to the banquet, it left no room for the poor to be out of sight and out of mind. True humility involves going out of our way and out of our comfort zone to interact with those most in need. It involves not just giving money, but giving ourselves.

Humildad
Como en la primera lectura, el enfoque del evangelio de hoy está en la humildad. Ser humilde, según Jesús, es no exaltarse, pensándose más de lo que se debe. Más bien, la persona humilde elige el lugar más bajo de la mesa. Esa persona elige no buscar estatus sino dejar que otras personas sean consideradas mayores de lo que son. Esto no significa que nuestra motivación para ser humildes deba ser la recompensa que recibiremos. Esa es una falsa humildad. La verdadera humildad, como enseña Jesús, no busca recompensa. Debemos servir a los demás, sin esperar ser servidos a cambio. Debemos amar a los demás, ya sea que ellos nos amen o no. Se necesita verdadera humildad para asociarse con los oprimidos y marginados de la sociedad, tal como lo hizo el mismo Jesús. Y cuidar de los necesitados no consiste sólo en escribir un cheque a una organización benéfica. La parábola de Jesús indica que necesitamos encontrarnos con los pobres. Al invitarlos al banquete, no dejó lugar para que los pobres estuvieran fuera de vista y fuera de la mente. La verdadera humildad implica salir de nuestro camino
y de nuestra zona de confort para interactuar con los más necesitados. Se trata no sólo de dar dinero, sino de darnos nosotros mismos.